Lamentablemente, por estas horas estamos accediendo a información sobre las crónicas o anuncios de torneos de seven en diferentes puntos del país y nuestra región.
El pasado fin semana, se jugó el Seven de la URBA, el Seven de la Unión Entrerriana de Rugby, y próximamente se jugará el Seven de la Unión de Rugby de Rosario en GER, el de la Unión Cordobesa de Rugby y el de la Unión de Rugby de Santiago del Estero.
Resulta poco entendible que la Unión Santafesina de Rugby no tenga la capacidad suficiente para organizar un Seven con los clubes que la conforman. Ya que somos la única Unión que no tendrá su propio seven a side.
Máxime si uno sabe, que el CRAR de Rafaela por nota, le ofreció a la USR, organizar el Seven Interno de la entidad rectora del rugby santafesino, aprovechando toda la estructura que se monta para el tradicional Seven del CRAR.
Según lo que tenemos entendido, la USR jamás contestó la nota que oportunamente el enviara el CRAR, demostrando su nulo interés por organizar el Seven de Clubes de Santa Fe, lo cual es algo inentendible, y muy preocupante.
Mal que le pese, o no le guste a algunos dirigentes, el Seven forma parte de la disciplina de rugby, que más ayuda a la difusión del deporte. Es además, la forma que ha podido ingresarse a los Juegos Olímpicos.
Ya hace unos años, tratar de entender lo importante de los sevens playeros, cuando nos decían que la UAR no los autorizaba, solamente estaban buscando poner palos en la rueda. Hoy el tiempo nos ha dado la razón, ya que la propia UAR ha conformado un equipo de Seven Playero para los compromisos que se vienen a futuro.
Es decir, la poca visión de futuro de nuestro dirigentes es preocupante, ya que parece que están más preocupados en cuestiones burocráticas y de escritorio, en comer asados los martes a la noche, y no en mirar la necesidad del jugador y del desarrollo de la actividad.
En fin es lo que tenemos. Ojalá que la renovación que se debería producir en el Concejo Directivo de la USR, en la asamblea de fines de noviembre, sea para mejor y para el bien de todo el rugby, no el que le gusta a algunos pocos.
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